La tarde estaba llegando a su fin. Había sido un día tranquilo, comparado con otros, hasta que llegó él. -Necesito que me ayuden! Oficial ! Por favor! Ella me robó! Tienen que ayudarme, ella me robó! – gritaba desesperado un hombre en la comisaría 67. – Tranquilo… tranquilo… Cuénteme qué pasó. – Contestó el oficial …